Una de las joyas del valle: Moros

Si hay un pueblo en el Manubles, que no deja de impresionarme cada vez que voy es Moros, su paisaje cultural, su arquitectura, sus gentes…

Llevaba tiempo queriendo subir a Santa Bárbara y hoy al final hemos podido subir hasta allí y disfrutar de una panorámica de Moros sin parangón. Ya sólo los nombres de los lugares por los que pasamos, hacen de esta ruta un lugar especial: Santius, Cocanil..

Desde la Portilla bajamos y cruzamos el cauce del río dejando a mano izquierda un bosque de ribera con unos árboles impresionantes, creo que son los chopos más altos que he visto en mi vida. Es como si los árboles quisieran alcanzar la misma altura que las casas de la Portilla que aparecen apiñadas sobre el espolón rocoso.

Continuaremos hacia los corrales de Santius, (nombre que evoca la posible presencia antaño de alguna ermita en este lugar) Y desde allí nos adentramos ya en el barranco del Cocanil, en una pista cómoda entre campos de almendros, cerezos y algún que otro viñedo. Este barranco conserva un bosquete de ribera muy digno con chopos, sauces e incluso algunos nogales.

El paisaje geológico también se muestra singular protagonizado por los conglomerados rojizos y las cuarcitas de Cámbrico en tonos grisáceos.
Continuamos la pista hasta la caseta de los cazadores, giramos a la izquierda y unos metros más adelante nos encontramos con una antigua paridera, es el momento de dejar el coche y continuar a pie hasta nuestro destino.

La pista que asciende a Santa Bárbara se coge a la izquierda del camino principal, se presenta algo desdibujada y con abundante vegetación, incluso en medio de ésta han crecido algunos majuelos y carrascas.

Comenzamos a coger altura en nuestro ascenso y el paisaje pone de manifiesto el carácter magnánime de la Cordillera Ibérica comenzamos a divisar las cumbres más elevadas del entorno. Ahora bien el caluroso y seco verano que estamos sufriendo hacen que el paisaje se muestre muy agostado, las carrascas destacan con su bonito tono verde pardo en los campos ocres amarillentos que denotan una fuerte escasez de agua.

Cuando llegamos a la ermita al principio la imagen es un poco desoladora, la ermita está en ruinas pero todavía se pueden contemplar algunos detalles de su arquitectura como un bonito alero de ladrillo de barro, o el altar oculto entre restos de teja y vigas las vigas de madera.

Pero una vez contemplada la vieja ermita el lugar ofrece una de las mejores vistas del valle del Manubles, el precioso caserío de Moros, que se muestra como un barco sobre el meandro encajado del Manubles.

Las casas se descuelgan a ambos lados del espolón rocoso. Deslizando a ambos lados las aguas de los tejados que se dejan caer de una forma suave y elegante ensalzando la arquitectura tradicional del núcleo urbano.

Las cubiertas de las casas todas ellas en teja árabe, creando un conjunto precioso y armónico de los tejados.

La iglesia altiva preside uno de los extremos del caserío en el otro las casas se descuelgan suavemente hacia el valle.

Desde luego la imagen de Moros desde San Blas o desde San Roque son impactantes y dejan al observador pequeño ante tal belleza, pero la vista desde Santa Bárbara, casi te obliga a hacer una reverencia ante la majestuosidad de este precioso conjunto urbano, que desde luego es una de las joyas del valle del Manubles.

Quizás para entender la interesante arquitectura de ese núcleo urbano es necesario subir hasta este magnífico mirador que permite interpretar y entender su singular trazado urbano de calles y callejuelas que se descuelgan desde la calle principal hacia ambos lados del núcleo urbano.

En definitiva uno de los mejores miradores naturales del valle del Valle Del Manubles

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